En las siguientes líneas me gustaría hacer una reflexión que, aunque en este caso está centrada en ciclismo indoor, realmente podría ser válida para cualquier actividad deportiva dirigida.
En mi dilatada experiencia como profesional en diferentes centros deportivos y en la formación de cientos de monitores, he llegado a la conclusión de que lo que voy a exponer en las siguientes líneas es uno de los conflictos más importantes que surgen en la relación monitor-alumno en las clases de ciclismo indoor, desembocando en muchas ocasiones en la pérdida de calidad en las sesiones.
En el conflicto que voy a exponer hay dos actores: alumnos y monitores.
· ALUMNOS
En general hay muy poca educación deportiva en la población. Menos aún cuando hablamos de actividades de fitness, en las que parece que “todo vale”, siendo demasiado frecuente la tendencia a pensar erróneamente que cuanto más intenso, mejor.
En todos los centros en los que he trabajado, siempre me han dicho: “este grupo es supercañero”o“les gustan las clases muy duras”, comprobando después que no sólo no es cierto, sino que en la mayor parte de los casos no saben ni pedalear medianamente bien.
Debemos distinguir entre sesión intensa y realizar trabajos potencialmente lesivos y/o que estén por encima de las posibilidades de lamayor parte de los alumnos
· MONITORES.
Ya sea por la escasa formación que tienen en algunos casos, por la inseguridad que genera la inexperiencia o simplemente por la necesidad de conservar su puesto de trabajo, algunos monitores suelen caer en la tentación de intentar contentar a los alumnos dándoles lo que piden: “caña”, llegando en muchas ocasiones al esperpento de proponer instrumentos técnicos que sólo son capaces de realizar ellos mismos y los tres alumnos más avanzados de la clase, no respetar las “fases sagradas” de una sesión como son el calentamiento o la vuelta a la calma, o incluso realizar posiciones y emplear instrumentos claramente lesivos y poco saludables.
No hay clase dura ni blanda, la hace dura o blanda cada alumno regulando de manera individual la resistencia de su bicicleta
Por todo esto, el conflicto está servido: ¿damos a los alumnos lo que quieren o hacemos que les guste lo que más les conviene? Claramente la solución está solamente en manos del monitor, que puede optar por la opción más fácil o por la más profesional – que requiere mucho más esfuerzo, por supuesto-: EDUCAR A LOS ALUMNOS.
Es una labor ardua y tediosa pero debemos tener en cuenta que los alumnos no son tontos y, si somos capaces de razonar y demostrarles las cosas, dejando claro que lo que hacemos es lo mejor para ellos, terminan entendiendo todo y tomando como referente al monitor.
Una buena clase es la que se adapta tanto al nivel de los alumnos como al momento de la temporada, en la que todos los alumnos deben acabar cansados pero nunca extenuados
Como conclusión, pediros -tanto a los que sois alumnos como a los que trabajáis como instructores-que no perdáis el norte y reflexionéis sobre los motivos que os llevan a realizar ciclismo indoor: mejorar vuestro estado de salud, mejorar vuestrascapacidades físicas, sentir sensaciones especiales, quemar muchas calorías,…
¿Verdad que no buscáis: lesionaros, tener las articulaciones machacadas en pocos años, someter a vuestro corazón a un estrés excesivo para él, sentiros frustrados o angustiados…?
¡Con sólo analizar la cuestión detenidamente podréis obtener una respuesta!